A los 40 años, se escriben las últimas páginas de la vida reproductiva femenina. Y tal como en las etapas anteriores, el cuidado de su salud es indispensable para que viva en plenitud la década que sigue. Si bien el potencial reproductivo se extiende desde la primera menstruación hasta cerca de la menopausia, una vida reproductiva saludable no debiera extenderse más allá de los 40 años, ya que podrían existir embarazos de alto riesgo u otras complicaciones.
• La planificación familiar debe ser segura y ya no es necesario que el método sea reversible. No se justifica aceptar los efectos desagradables ni los riesgos asociados al uso de anticonceptivos hormonales o dispositivos intrauterinos. Las alternativas más seguras y definitivas son la esterilización tubaria (ligadura de trompas), en la mujer, y la vasectomía (ligadura del conducto deferente), en el hombre.
• La sexualidad debe ser expresada sin riesgos ni temores.
• Ahora más que nunca la matrona (o matron) debe acompañar a la mujer en su transición, que compromete aspectos físicos, mentales y sociales. En los años posreproductivos es frecuente observar un distanciamiento en la atención médica. Alejadas de los controles por embarazo, las mujeres pueden ausentarse peligrosamente de sus chequeos ginecológicos preventivos.
• Un examen de sangre que incluya hemograma, perfil bioquímico, perfil de lípidos y evaluación de tiroides es una buena aproximación para evaluar el estado general de salud. Estos estudios pueden poner en evidencia una anemia por pérdida excesiva de sangre en las menstruaciones o alteraciones metabólicas como diabetes, hipercolesterolemia o el mal funcionamiento de la tiroides, hígado o riñón.
• La aparición del cáncer cervicouterino es significativa en esta década, por lo que se recomienda que el Papanicolau se realice en forma anual.
• Como complemento del examen ginecológico, es aconsejable efectuar una ecografía ginecológica, más sensible en la detección de alteraciones en los genitales internos, como la presencia de miomas uterinos, frecuentes en mujeres mayores de 40. La ecografía los detecta, establece su condición basal y permite compararla con exámenes en edades posteriores. De igual modo, hace posible evidenciar alteraciones del funcionamiento ovárico, quistes funcionales y detectar tumores en etapa temprana.
• Pasados los 40, aumenta también la incidencia de cáncer de mama, por lo que es recomendable una mamografía y/o ecografía mamaria anual.
• Mención especial merece la evaluación del piso pelviano, que tiene directa relación con el prolapso genital y la incontinencia urinaria. Mientras se realiza el examen ginecológico, es posible detectar estadios iniciales, pérdida de orina al pujar, que pueden ser tratados con ejercicios o corregidos con una cirugía de invasión mínima.
Cuando asista a su control, aproveche de conversar con su matrona de los temas que la preocupan: nutrición, sexualidad, angustias, etc. Esta información es importante para que usted reciba una mejor atención.Recuerde que después de los 40 años, para prevenir posibles enfermedades, la visita a su matrona es indispensable por lo menos una vez al año.
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